Haber mínimo y máximo: Así quedan las jubilaciones de julio con el nuevo aumento

En julio, los beneficiarios del sistema previsional argentino verán un nuevo incremento en sus ingresos. El aumento será del 1,5% y se aplicará sobre jubilaciones, pensiones contributivas y otras prestaciones sociales. Este ajuste responde a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo y forma parte de la actualización mensual establecida por el decreto 274/24. El haber mínimo jubilatorio subirá de $304.723,93 a $309.298,16 en valores brutos, mientras que el haber máximo pasará de $2.050.503,62 a $2.081.283,91. Estos montos impactarán en los pagos de julio.

Una vez aplicados los descuentos obligatorios, el ingreso neto para quienes cobran la jubilación mínima será de $300.158, y para el haber máximo, de $1.966.664. El bono extraordinario de $70.000, que se mantiene sin modificaciones desde marzo, seguirá vigente en julio. Este bono es una medida dispuesta mensualmente por decreto y no forma parte de la fórmula de movilidad previsional. De este modo, quienes perciben solo el haber mínimo, recibirán $379.298,16 brutos y $370.158 en el bolsillo al sumar este bono. La Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), equivalente al 80% de la jubilación mínima, se incrementará de $243.779,14 a $247.438,53, y con el bono adicional alcanzará $317.438,53.

El impacto del ajuste mensual también alcanza a otros beneficios sociales. La Asignación Universal por Hijo (AUH) y la asignación por hijo para trabajadores formales subirán un 1,5%, alcanzando $111.141,68 para menores de 18 años y $361.897,12 para hijos con discapacidad. Además, las asignaciones familiares para trabajadores en relación de dependencia se ajustan, con montos que varían según el nivel de ingresos del grupo familiar. Los autónomos también verán reflejado el ajuste del 1,5% en sus contribuciones, con un valor mensual por aportes previsionales de $30.209,42. La actualización mensual de las jubilaciones busca mantener el ritmo de la inflación, aunque la falta de ajuste del bono, que permanece congelado desde marzo, genera un desfase en el poder adquisitivo, especialmente en los sectores de menores ingresos.